Anochece y nuevamente algo de ti se apaga. El recuerdo de tu sonrisa que cada día se hace menos claro en mi memoria. Tu voz que resuena en algún lugar poniéndome la piel de gallina, acelerando mi corazón como lo hacía antes. Pero estas lejos, muy lejos, y esa distancia que no se puede ignorar hace que me rebele, que pase la página intentando no mirar atrás.
Anocheció y aún sigue tu sonrisa en mi memoria. Una chispa lucha por mantener el fuego e iluminar los fragmentos del pasado, traer el calor de vuelta, ese calor que se sentía en tus manos. Existes, pero al mismo tiempo no fuiste real, eras una fantasía que me permitió seguir. Fracaso.
Entrégame el control, entregame el coraje que se necesita para cumplir lo que me proponga, dame toda la maravilla que acompañaba este sueño, dame el goce y el nervio que me producía verte cada día, y esas pocas palabras que me hacían sentir en el cielo.
Está amaneciendo. Vuelve o yo volveré por ti.