La flor cuando florece le sonríe al mundo y sin embargo sabe que llegara el momento en que su belleza y felicidad acabarán.
Y es que, tal como un buen amigo me dijo, los momentos felices hay que conservarlos en nuestro recuerdo con aprecio, pero nunca retenerlos como si sólo a la fuerza pudieran sobrevivir. Cuando la vida y los momentos se marchitan ya no hay vuelta atrás, sólo nos queda una última sonrisa por todas aquellas que quedaron en el camino y mirar hacia delante, hacia un futuro incierto pero prometedor.
Y es que, tal como un buen amigo me dijo, los momentos felices hay que conservarlos en nuestro recuerdo con aprecio, pero nunca retenerlos como si sólo a la fuerza pudieran sobrevivir. Cuando la vida y los momentos se marchitan ya no hay vuelta atrás, sólo nos queda una última sonrisa por todas aquellas que quedaron en el camino y mirar hacia delante, hacia un futuro incierto pero prometedor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario