Que importan las nubes si el cuerpo tiene la energía, que importa el viento si los pies son los que guían. Y si es el viento el que nos trae, hagamos caso a la lluvia que nos quita los prejuicios, los miedos, las inseguridades, escuchando el silencio que nos envuelve cuando estamos rodeados de nada pero llenos de todo, de lo bueno y lo que convertiremos en bueno.
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