Y por un segundo se detuvo su respiración, algo se encogía por dentro, la sensación del corazón que herido peleaba por seguir andando. La mente que intenta buscar la solución a un problema que quizás no existe. Y recién se da cuenta que una canción de rock de los 80 acompaña como una banda sonora el dolor con que enfrenta la noticia, y que son esas canciones las más tristes que escuchaba en mucho tiempo. Estos días han sido una montaña rusa de emociones. Todo a flor de piel cuando antes la preocupación era que la capacidad de sentir con tanta pasión se esfumara. Sigue pasando la película de lo que nunca será, sigue sonando la canción que no será compartida. Siguen los pensamientos volviéndola loca. Sigue lo que quizás es sólo un producto de la imaginación, el llanto infructuoso, la angustia no correspondida y la maldita incertidumbre que no tiene solución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario