Extendió su mano con temor pues la corriente fácilmente arrastraría su cuerpo liviano.
¿Y qué tal si el frío del río la volvía hermética? Bien se sabe que, al enfriarse, la materia se compacta adoptando una forma definida y aparentemente imposible de cambiar; se vuelve sólida al tacto y se resiste a deja pasar otros elementos de la forma en que habría hecho en otro estado.
¿Qué tal si tras dar cientos de volteretas y golpearse con las rocas y los troncos que se cruzaban en su camino, se golpeaba también con la sorpresa de haber perdido la capacidad de sentir? Si perdía la fortuna que hasta ahora le había permitido conmoverse, llorar o entusiasmarse ¿valía la pena siquiera lanzarse río abajo?
Y qué pasaría si una vez llegada al mar se descubría miserable.
No quería ser miserable en tristeza, ni ser miserable en el trato a otros (miseria que suele ser consecuencia de la del primer tipo). No quería volverse cínica.
Cuánto temor sentía de que un día le pareciera bien encerrar un ave en una jaula, contemplarla y pensar que eso era la belleza.
Cuánto temor sentía de morir en el desierto abandonada, que la dejaran ahí para hacerse una con el polvo.
¿Y qué tal si el frío del río la volvía hermética? Bien se sabe que, al enfriarse, la materia se compacta adoptando una forma definida y aparentemente imposible de cambiar; se vuelve sólida al tacto y se resiste a deja pasar otros elementos de la forma en que habría hecho en otro estado.
¿Qué tal si tras dar cientos de volteretas y golpearse con las rocas y los troncos que se cruzaban en su camino, se golpeaba también con la sorpresa de haber perdido la capacidad de sentir? Si perdía la fortuna que hasta ahora le había permitido conmoverse, llorar o entusiasmarse ¿valía la pena siquiera lanzarse río abajo?
Y qué pasaría si una vez llegada al mar se descubría miserable.
No quería ser miserable en tristeza, ni ser miserable en el trato a otros (miseria que suele ser consecuencia de la del primer tipo). No quería volverse cínica.
Cuánto temor sentía de que un día le pareciera bien encerrar un ave en una jaula, contemplarla y pensar que eso era la belleza.
Cuánto temor sentía de morir en el desierto abandonada, que la dejaran ahí para hacerse una con el polvo.