¿Qué es el tiempo? Va hacia adelante, o eso al menos creemos - y lo creemos porque es lo que nos han enseñado- ¿Qué pasaría si la fantasía del alterar nuestro destino fuera una realidad? Nos excita soñarlo, pensar que hay una escapatoria o una forma de control, como si pudiéramos mandar en la corriente del río - ese río omnipotente que ha estado en todas partes, y en todas al mismo tiempo-.
La verdad es que actuamos como una línea recta. En línea nos movemos, nos comunicamos, navegamos y pensamos ¿Es acaso la única forma? Hay para quienes un momento - un beso, una escena, el sabor que sintieron aquella vez- es la cumbre de un instante sagrado; encuentran la elevación en él. Pero la memoria es frágil, se fragmenta y a la larga sólo quedan sensaciones y quizás alguna imagen borrosa, imposible de igualar a lo que sentimos en ese momento ¿Significa la derrota? A mi parecer no. Como línea recta que pretendemos ser, nos componen infinitos puntos. Es justamente nuestra capacidad de evocar aunque sea unos pocos momentos de gloria (alguno de esos puntos que fueron quedando atrás), la que nos salva de ser simplemente arrastrados por la corriente. Como decía, actuamos como una línea recta. No significa que lo seamos.
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