lunes, 5 de diciembre de 2016

Querer cruzar el océano mil veces

Quiero irme de aquí, de esta ciudad, de este país. Si pudiera me llevaría todo lo bueno, toda la compañía sincera, el cariño desbordante, las conversaciones y las risas, los juegos y las caricias. Pero quiero irme de aquí y eso no se puede. Significa estar sola, pero al menos es una soledad auténtica y autoimpuesta.

Lavo mi cara para que las lágrimas en ella no se noten y estando frente al espejo, pero sin mirarme a los ojos, sigo llorando. Llorando por lo que fue y por lo que será, lo primero que se destiñe y se hace confuso, y lo segundo que es incognoscible e infinito.

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